martes, 22 de junio de 2010

Kick-Ass. Listo para machacar

Dave Lizewski es un pardillo de instituto, geek de los comics de superhéroes, blanco de los abusones e invisible para las chicas. Podría ser un perfecto Peter Parker, pero no es especialmente inteligente, ni especialmente gracioso, ni se cruzará en su camino ninguna araña radiactiva.
Dave ha perdido a su madre, pero ha sido a causa de un aneurisma cerebral que la dejó seca mientras tomaba sus cereales de desayuno, de forma que el muchacho tampoco es un Batman que, carente de super-poderes pero con ilimitados recursos económicos, busque venganza.
Sin embargo el chico acaricia la idea de convertirse en justiciero enmascarado. Él está convencido de que una persona puede marcar la diferencia y que no es necesario disponer de ninguna habilidad especial para enfundarse un llamativo traje, esconder su rostro tras una máscara y patrullar la ciudad ayudando a quién lo necesite,...siempre y cuando sea antes de las 21 hrs, ya que a esa hora tiene que estar en la cama.
Esta es la premisa de la que parte Kick-Ass, la última película del británico Matthew Vaughn.
Kick-Ass es la versión cinematográfica del comic del mismo nombre que vió la luz de la mano del guionista Mark Millar y el dibujante John Romita Jr.
Para los que no estén familiarizados con los comics de super-héroes aclararé que Mark Millar es el responsable de los guiones de las geniales sagas de Ultimate X-Men, Marvel Knigths Spiderman y Ultimate The Avengers. John Romita, por otra parte mi dibujante favorito, tomó el relevo de su padre como dibujante habitual de Spiderman y fue responsable de su mejor etapa cuando formó tandem con J. Michael Straczynski, otro genial guionista.
Puestos en antecedentes, hablemos de la película.
Kick-Ass es una película protagonizada por niños que no es para niños. Se trata de una propuesta violenta (de una violencia radical, de la que salpica) y de lenguaje soez (el que empleamos cuando nos vemos amenazados o asustados), rodada con un gran ritmo, en la que las escenas de acción están perfectamente dosificadas a lo largo del metraje y, sobre todo, muy muy divertida.
Vaughn nos muestra una sociedad dominada por la cultura audiovisual hasta tal punto que los ciudadanos (sobre todo los jóvenes) cuando presencian una agresión toman rápidamente sus móviles, no para pedir ayuda para el agredido, sino para grabar ese momento y correr a colgarlo en Youtube. Lejos de moralizar sobre esto el director se limita a mostrarlo y emplearlo como motor para el desarrollo de la historia.
Para ilustrar esto todavia más las redes sociales también cobran protagonismo al ser una de ellas el vehiculo elegido por el protagonista para darse a conocer y comunicarse con sus fans.
Kick-Ass es, a mi entender, un producto muy recomendable, sin ninguna pretensión, muy agradable de ver y sumamente entretenido al que lo único que puede reprochársele es lanzarnos el equivocado mensaje de que uno puede conseguir alcanzar sus sueños siempre que se lo proponga con la suficiente intensidad, perpetuando así esa gran mentira que supone la famosa frase "querer es poder".

Para ver el trailer Pinchad aquí.

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