domingo, 13 de julio de 2014

La Venus de las pieles. Juegos de poder.


Tras Un Dios Salvaje, donde Roman Polanski llevara a la gran pantalla el libreto de Yasmina Reza, el realizador polaco vuelve nuevamente su cámara hacia una obra teatral en La venus de las pieles, su última película.
La impresión inicial podría ser la de que, quizá ya a causa de la edad, Polanski ha decidido optar por el camino más cómodo: el de rodar obras menores con el mínimo esfuerzo dedicándose a diseccionar las relaciones humanas cómodamente sentado en su silla mientras una cámara prácticamente inmóvil retrata a varias personas encerradas en un reducido espacio.
Quedarse con esta visión sería, sin lugar a dudas, un lamentable error.
Cierto que en Un Dios salvaje era esto lo que venía a suceder, pero el caso de La Venus de las pieles es harto diferente y el mayor error que uno podría cometer sería el considerarla una obra menor.
Esta película sirve a Polanski para hacer una perversa, inteligente y divertida disección de los juegos de poder en las relaciones humanas. Unos juegos de poder que ya viéramos en otras películas como El Sirviente (Joseph Losey, 1963) o La huella (Joseph L. Mankiewicz, 1972) que en esta ocasión es llevada por el director dentro y fuera de la escena para, sin bajar del escenario, trasladarse de las relaciones de pareja a la relación director-interprete (una relación, ésta última, de naturaleza sadomasoquista).
La película es un mecanismo perfectamente engrasado que funciona a modo de juego de espejos en el que lo que sucede sobre el escenario refleja lo que sucede con las relaciones fuera de él y viceversa, hasta llegar a un último reflejo que queda fuera de campo y que adiciona, en tono sarcástico, el tema del machismo. Un mecanismo que nos lleva por un camino lleno de tensión psicosexual de la mano de dos excelentes interpretes a los que se les adivina el grado de diversión que les ha supuesto éste trabajo y que permite reivindicar a Emmanuelle Seigner, actual pareja del realizador, como una gran actriz. Un trayecto en el que resulta evidente la progresiva metamorfosis sufrida por su protagonista masculino, el siempre excelente Matthieu Amalric, que le lleva a convertirse prácticamente en el mismísimo Polanski; ese Polanski actor que veíamos en El quimérico inquilino.
En definitiva ¿una obra menor?...no, probablemente su mejor trabajo desde El Pianista.
 
Para ver el tráiler, pinchad aquí

 

martes, 13 de mayo de 2014

8 apellidos vascos. Andaluz conoce vasca.

 
Borja Cobeaga y Diego San José (director y guionista, respectivamente, de Pagafantas, 2009), responsables, a su vez, de  los guiones de "Vaya semanita" para ETB firman, en esta ocasión, el guión de 8 apellidos vascos, el último trabajo de Emilio Martínez-Lázaro (El otro lado de la cama, 2002). Una película que, convertida en verdadero fenómeno sociológico, ha conseguido, desde su estreno el pasado 14 de Marzo, llevar a las salas cinematográficas a casi 7,5 millones de espectadores y convertirse en la película española que mayor recaudación ha conseguido en los cines españoles al rebasar los 44 millones de euros.
Ambos guionistas, caracterizados por haber conseguido un nuevo replanteamiento del sentido del humor del cine patrio enfatizando en la ironía y la mala leche, retoman aquí esta senda jugando, en esta ocasión, la carta del choque cultural entre vascos y andaluces y nos sirve todo un catálogo de clichés, tópicos y estereotipos (vascos independentista todos, siesos, sangoneras y fríos frente a andaluces engominados, alegres, españolísimos y, faltaría más, únicos poseedores del secreto del humor). Algo que el director, ya con un amplio recorrido en la comedia, sabe hacer funcionar...en los primeros 20 minutos de la película.
Tras un arranque con buen ritmo que invita a la película a desmelenarse y entrar en la senda de la incorrección y la acidez, el realizador (porque no me cabe duda que es un problema de dirección), quizá prestando oído a su lado comercial, quizá por desgana o quizá por comodidad y deseando no molestar a nadie, se desvía hacia el terreno de una comedia romántica, blanca, almibarada y cómoda, sobre todo cómoda, en cuyo seno el relato de desinfla y cualquier conato de provocación es resuelto torpemente para llevarnos irremediablemente a un final tan previsible como hortera.
Aún así, aún tratándose de una película que, en mi modesta opinión, no alcanza el aprobado, ésta ha sido la película que ha conseguido que los españoles abandonen los salones de sus casas y se rasquen los maltrechos bolsillos para volver a llenar las salas de cine. Una circunstancia que, debiendo de ser celebrada, lejos de llenarme de esperanza sobre el futuro del cine de nuestro país de lo que me llena es de inquietud ante la posibilidad de que este sea su futuro. De miedo a que, algún dia, éste sea el cine "marca de la casa" como en su día lo fue el que solo contaba historias de españoles reprimidos y bajitos que corrían tras las suecas. De pavor porque éste sea el cine que nos hemos buscado. Y...sinceramente...encontrarme con el anuncio de 8 apellidos vascos 2 para el 2015 y 8 apellidos catalanes para el 2016 de verdad que no ayuda nada.
 
Para ver el tráiler pinchad aquí.


lunes, 17 de marzo de 2014

La vida de Adele. La captura de los sentimientos.

 
En 2011 Julie Maroh publicó la magnífica novela gráfica "El azul es un color cálido", una triste y hermosa historia que relataba el duro proceso del descubrimiento de la identidad sexual en un personaje torturado por las dudas fruto de la incomprensión de una sociedad, la francesa, que comenzaba a manifestarse contra el matrimonio homosexual.
El pasado 2013, el director Abdellatif Kechiche desembarca en Cannes con una adaptación de esta novela que estalla con la violencia de una bomba y sacude la critica mundial desde sus mismos cimientos generando una polémica y controversia que todavía se verá acrecentada al alzarse su película, La vida de Adele, con la palma de oro del prestigioso festival. Aunque lo que el realizador hace realmente no es una verdadera adaptación de la obra original sino que toma los personajes de ésta y lo que en ella sucede para emplearlo como mera estructura y, en base a ésta, capturar con su cámara los sentimientos que emergen en cada acción de sus protagonistas...y en esto reside lo original de este trabajo. Un trabajo que lo que hace es, partiendo de la cita de una obra literaria (La vida de Marianne) en la que una mujer busca lo que el corazón requiere para alcanzar su plenitud, hablarnos del desorden emocional que provoca el despertar sexual adolescente como ya hiciera de manera magistral Maurice Pialat en la estupenda A nuestros amores (lo siento, PB, pero ya sabes de mi debilidad por Pialat) estructurando su relato en función de las cuatro etapas que Jean-Luc Godard ilustrara en Elogio del amor: encuentro/nacimiento del amor/separación/reencuentro.
Llegados a este punto alguien podría preguntarse donde reside el carácter excepcional de esta película si presenta tan claras referencias y desarrolla las fases de encuentro-enamoramiento-ruptura y reencuentro ya vistas anteriormente en mil historias. Pues bien, lo excepcional de esta película no está en su carácter reivindicativo de la homosexualidad femenina, ni en la denuncia de la incomprensión por parte de la sociedad francesa de la época, ni tampoco en la controversia generada por lo explícito de sus escenas de sexo. Lo que hace grande a este film  reside en su puesta en escena, en como Kechiche  toma su cámara y persigue con ella a sus protagonistas filmándolos a escasos centímetros de su piel deteniéndose en las miradas, los gestos, las bocas entreabiertas, los labios temblorosos, las curvas de su anatomía, los sonidos y consiguiendo atrapar y transmitir los sentimientos que se generan en cada uno de los pequeños momentos que la cámara del director se encarga de dilatar.
¿Qué Kechiche rueda las mayores escenas de sexo lésbico explícito jamás vistas fuera de los circuitos del cine porno? pues si, pero lo hace de forma tan íntima y transmitiendo tal cantidad de sentimento que, al presenciarlas, uno siente el impulso de salir de la habitación sigilosamente, sin hacer ruido.
 
Para ver el tráiler, pinchad aquí.


lunes, 3 de marzo de 2014

Adios a Alain Resnais. Nos quedamos sin maestros.

 
Hirosima mon amour, El año pasado en Marienbad, On connait la chanson, Noche y niebla, Mi tio de AméricaLas malas hierbas,...ya no habrá más películas de Alain Resnais, uno de los patriarcas de la Nouvelle Vague, un cineasta que nunca dejó de experimentar, de buscar y de encontrar...Descansa en paz, maestro.


lunes, 3 de febrero de 2014

Philip Seymour Hoffman. Fallece uno de los más grandes.

 
The Master, Antes que el Diablo sepa que has muerto, Magnolia, El último concierto,...en todas ellas un gran actor sobresaliendo por encima de los demás mediante portentosas interpretaciones: Philip Seymour Hoffman, uno de los grandes que ayer nos dejaba para siempre sin la posibilidad de descubrir hasta donde podría llegar tan gran talento.
Descanse en paz.