domingo, 11 de diciembre de 2011

George Méliès. 150 años del nacimiento de un mago del cine.



Acaba de cumplirse el 150 aniversario del nacimiento de George Méliès, ese mago del cine. Sirva Un viaje a la Luna, su película más conocida aunque no se tratase de su favorita, como homenaje a ese gran fabricante de ilusión.

jueves, 8 de diciembre de 2011

La piel que habito. Sobrevolando el ridículo.

Robert Ledgard (Antonio Banderas) es un eminente cirujano que, tras perder a su mujer a causa de las quemaduras sufridas en un accidente automovilístico, vive obsesionado por conseguir, mediante tratamientos transgénicos, un nuevo tipo de piel que podría haberla salvado.
Se trata de una piel que responde a las caricias pero que resulta insensible al dolor, tanto el físico como el proveniente de  nuestro interior.
Para sus experimentos contará con la ayuda de Marilia (Marisa Paredes) una devota asistenta que nunca le dará la espalda y dispondrá, además, de un cobaya humano: Vera Cruz (¿un homenaje a la película de Robert Aldrich y que interpretaran Gary Cooper, Burt Lancaster y Sara Montiel?) (Elena Anaya) a quién Robert y Marilia tienen retenida.

Esta es la sinopsis de La piel que habito, el más reciente trabajo de Pedro Almodovar y, porqué no decirlo, su obra más arriesgada.
En este trabajo, el director manchego retoma algunos de sus temas habituales como son la obsesión por el ser amado, el dolor provocado por su ausencia y el que somos capaces de provocar por conservarlo. En este aspecto nos encontramos nuevamente ante el Almodovar de las que son, para mí, dos de sus mejores obras: Átame y La ley del deseo.
El tratamiento de estos temas es, sin embargo en esta ocasión, diferente.
En una sociedad, la actual, en la que la imagen ha cobrado especial relevancia y en el que las cámaras y lo que se filma a través de ellas tiene un protagonismo desmesurado, Almodovar se hace eco y llena su película de pantallas y cámaras que pasan a formar parte del decorado en el que se desarrolla su personal y barroco cuento de terror: una macabra historia filmada con estilo y, contrariamente a las convenciones del género, a plena luz.
Pedro Almodovar toma, no se si por primera vez, una novela (Tarántula, de Thierry Jonquet) y se basa en ella y en su devoción por la genial Les yeux sans Visage (Georges Franju, 1960) para ofrecernos un inquietante experimento que, exento en esta ocasión de todo humor, solo por el oficio del director se salva de caer en el más espantoso de los ridículos.
Muchos son los aspectos que lastran esta obra y la acercan al ridículo: la grotesca interpretación de Antonio Banderas,...unos momentos de tensión (la agresión del tigre a Vera, la famosa secuencia de la escalera y el enfrentamiento entre Vera y Robert hacia el final del film) cuyos desastrosos diálogos provocan verguenza ajena,...una estructura narrativa que hace uso de dos flashbacks donde solo debería haber uno,...dos giros de guión inverosímiles y mal desarrollados...Sin embargo su atrevimiento, estupenda banda sonora, una novedosa (al menos para este tipo de película) puesta en escena y una secuencia y frase finales sencillamente magistrales permiten compensar los múltiples defectos de la película y hacerla remontar hasta el punto de convertir su visionado en, al menos, una grata experiencia.

Para ver el trailer pinchad aquí.