viernes, 20 de abril de 2012

Un Dios salvaje. De cuando un director se limita a filmar.

Dos matrimonios se reunen en el apartamento de uno de ellos a fin de resolver, de la manera más civilizada posible, la reciente pelea que ha tenido lugar entre sus respectivos hijos y que ha terminado por saldarse con dos dientes rotos.
Este es el arranque del último trabajo de Roman Polanski quién, contando  como co-guionista con la escritora francesa Yasmina Reza, autora de la obra de teatro homónima, rueda la que es, probablemente, su película más rápida. Una película de reducido metraje rodada a tiempo real en la que no se sale del apartamento neoyorquino en el que se desarrolla salvo para la filmación de las escenas que dan apertura y cierre a la historia (y, dado el punto de vista de la cámara en ambas escenas, puede que ni siquiera entonces).
Es más que probable que la elección de este trabajo, así como la manera de abordarlo, hayan venido condicionados por la delicada situación jurídica en la que el, ya pácticamente octogenario realizador, se encuentra inmerso.
El resultado es una notable comedia negra, que podría considerarse una versión algo descafeinada de El Ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962), de ritmo ágil y fluido, plagada de momentos hilarantes y con estupendos diálogos pero que, lamentablemente, no puede dejar de considerarse un trabajo menor y en el que uno no puede evitar el echar de menos la mano del director.
Y es que todas las virtudes de esta película (desarrollo del argumento, ritmo, diálogos...) es algo que ya se encuentra en el libreto de Yasmina Reza y en la obra de teatro. Da la impresión de que, en esta ocasión y como si de un Estudio Uno se tratara, Polanski se limita a situar la cámara para que ésta se encargue de registrar lo que tiene lugar en el escenario.
A pesar de transcurrir toda la historia en un espacio cerrado éste no tiene ningún protagonismo. No hay ambiente claustrofóbico ni se trabaja con los espacios como en Repulsión, El quimérico inquilino, La muerte y la doncella o la reciente El Escritor. No hay esa atracción por el absurdo de Cul de Sac. No encontramos tampoco ese bocado directo a la yugular de la burguesía que uno esperaria de este director. En definitiva...no se encuentra interés por parte de Polanski. Quizá (espero) porque éste sea un trabajo de transición rodado mientras su genio anda al tiempo barruntando un nuevo trabajo de mayor entidad. Algo en lo que volver a dejar su seña de identidad.
Con todo y con esto, y a pesar de que el mérito no sea del director, la película no deja de ser notable. Llena de momentos desternillantes y con grandes interpretaciones del elenco masculino (lamentablemente la elección de la parte femenina del reparto, mucho más dotada para el drama que para la comedia, no es del todo acertada), especialmente por parte del genial Christoph Waltz, afortunado poseedor de las mejores frases.

Para ver el trailer pinchad aquí.

martes, 17 de abril de 2012

Shame. Un paseo por el purgatorio.

Tres años después de su estupenda ópera prima Hunger, el realizador londinense Steve McQueen vuelve a sacudir las pantallas con la excelente Shame. Una película que, una vez más, llega con cierto retraso a las pantallas de los cines españoles desde su presentación en el festival de Venecia del pasado año.
Shame es el retrato de Brandon, un ejecutivo adicto al sexo  cuya ya de por sí triste y amarga existencia se verá convulsionada por el retorno a ésta de su hermana Sissy, un ser depresivo con tendencias suicidas.
Steve McQueen, ahora guionista y director cinematográfico, se dedicaba antes a la fotografía vanguardista y quizá sea por eso que lo primero que llama la atención en sus películas es el tratamiento, tanto narrativo como visual, que le da a los escenarios en los que transcurren sus historias.
Mientras que en Hunger el escenario era una prisión, en Shame nos encontramos con una Nueva York fria y triste llena de claustrofóbicas estancias vacias. Una ciudad por la que, a modo de purgatorio, discurren personajes solitarios, amargados y avergonzados por su propia naturaleza en busca de una redención que impida ese practicamente inevitable descenso a los infiernos.
Brandon, protagonista absoluto de la película y el mejor trabajo interpretativo hasta la fecha de Michael Fassbender, es uno de esos seres atormentados que pululan por el purgatorio en busca de la salvación. Su caso es el de un adicto al sexo para el que el acto sexual ha perdido toda pasión e intensidad convirtiéndose en un simple acto mecánico. Lo único que Brandon necesita, al igual que un heroinómano necesita su chute, es alcanzar el orgasmo; algo que queda perfectamente ilustrado por la secuencia en la que Brandon, acuciado por la necesidad, se precipita al interior de un local de ambiente.
El realizador británico identifica, en este caso, la redención con el amor y hace que su protagonista intente salvarse buscando una relación amorosa con una de las secretarias de la empresa en la que trabaja pero, paradójicamente, el propio conocimiento de su adicción y la certeza de que ésta acabará por destruir cualquier relación amorosa hace que se sienta impotente y aboca al fracaso cualquier posibilidad de salvación.
Otra figura clave en la película, y, lamentablemente, no tan trabajada a nivel de guión como la de Brandon, a quién el director desnuda literal y emocionalmente, es la de su hermana Sissy. Un ser emocionalmente roto, sumido en una profunda depresión y cuya atracción por el infierno es mayor que la de su hermano, por lo que, desde el principio, sus posibilidades de salvación se adivinan imposibles.
Afrontar este segundo trabajo de McQueen, aun tratándose de una estupenda película, es algo que uno no debería hacer a la ligera y sin disponer del estado de ánimo adecuado. Esta película es un retrato crudo de seres solitarios  y una disección de almas atormentadas que nos sacude emocionalmente y deja un amargo sabor de boca de la que, desde luego, debe huir todo aquel que solo busque sexo explícito. Un gran trabajo tan solo alejado de la perfección por el hecho de haber sacrificado al personaje femenino en favor del protagonista masculino y no ahondar más en la relación entre los dos hermanos.

Para ver el trailer pinchad aquí.