lunes, 2 de enero de 2012

Drive. El escorpión y la rana.

Un escorpión necesitaba cruzar al otro lado de una charca y, como los escorpiones no saben nadar, le pidio a una rana que habitaba alli que le cruzara ella transportándole sobre su espalda.
- Ni hablar - dijo la rana - seguro que, cuando estés sobre mi espalda me picarás y moriré.
- ¿Para qué iba yo a hacer éso? - replicó el escorpión - si te pico te hundirás en la charca y yo moriré también. Ya sabes que los escorpiones no sabemos nadar.
La rana, convencida así por el escorpión, aceptó y comenzó a cruzar la charca con él subido a su espalda.
Se encontraba la rana ya en el centro de la charca cuando, de repente, sintió una pulzada en la espalda y, de inmediato, supo que el escorpión le había clavado su aguijón. Todo su cuerpo comenzó a paralizarse y la rana, incapaz de seguir nadando, empezó a hundirse.
A duras penas, mientras moría, se giró hacia el escorpión que se hundía con ella y le increpó:
- ¿Porqué lo has hecho, escorpión? ahora moriremos los dos.
- Lo se. No he podido evitarlo. Es mi naturaleza - respondió el escorpión.

Ésta es la fábula del Escorpión. Fábula a la que el protagonista sin nombre de Drive hace referencia en un momento de la película y que refleja a la perfección su propia naturaleza.
El personaje, magnificamente interpretado por un Ryan Gosling que por momentos nos hace recordar al gran Steve McQueen, es un especialista de cine en escenas de acción  que ofrece sus servicios como conductor de huida en robos nocturnos, siempre ateniéndose a sus reglas (no intervenir, no llevar armas, no dar su nombre y no trabajar dos veces para la misma persona). Un personaje de rostro imperturbable, frio y calculador que, sabedor de la naturaleza violenta que encierra en su interior, se mantiene apartado de la gente que le rodea. Un heroe romántico que no dudará en hacer uso de su aguijón, aun a sabiendas de que eso le conducirá a la muerte, a fin de proteger a una mujer y su hijo.
Desde sus títulos de crédito en color rosa y una banda sonora que nos traslada a los 80 hasta unas estilizadas escenas de acción y violencia que nos recuerdan a thrillers de los 90  y pasando por la presencia constante del código de honor de los samurais del que hacen gala algunos personajes de las películas de Jean-Pierre Melville (El silencio de un hombre, Círculo rojo), una fotografía de exteriores en la que destacan los rascacielos y luces de neon y unos interiores fotografiados como si de cuadros de Edward Hopper se tratara, Drive, el más reciente trabajo del Danés Nicolas Winding Refn (Valhalla Rising, 2009), basado en la novela del mismo título de James sallis es un fascinante thriller negro que no duda en mostrar sin tapujos sus múltiples referencias y su adoración por una cultura norteamericana que emplea los coches como un estilo de vida. Un thriller de emoción más que de acción empapado en la misma melancolia que embarga a su protagonista sabedor de la naturaleza que encierra su interior, plasmada por el escorpión que adorna la espalda de la dorada cazadora que luce durante toda la película, y contra la que sabe que no puede luchar.
Drive ha sido toda una sorpresa. Una película hipnótica, dura, romántica, trágica. Un cuento de hadas en el que el caballero andante encierra un violento demonio en su interior, la princesa está resignada a una existencia solitaria y nadie comerá perdices. Una de las películas del año. La última película que he disfrutado en el pasado 2011.

Para ver el trailer pinchad aquí.