domingo, 16 de octubre de 2011

El árbol de la vida. La nueva elipsis más larga de la historia del cine.

En alguna ocasión he comentado en este espacio cómo el asistir a la proyección de 2001:Una odisea del espacio en un cine Valenciano me impactó visualmente de tal manera que me convirtió en un adicto al cine, en un devorador de películas, en un completo yonki del séptimo arte.
Sigo viendo películas a un buen ritmo (a veces, incluso, una diaria) pero hacía mucho tiempo, demasiado, que no pisaba una sala de cine y, en esta ocasión, lo he hecho. Y la elección para tal evento no podía ser mejor: El árbol de la vida, lo último de Terrence Malick, en una reducida sala de cine ocupada (a medias) por un público consciente de lo que iba a presenciar y proyectada en alta definición con una calidad de imagen y sonido inmejorables.
El visionado de la película ha consistido en 160 minutos de sensaciones reencontradas. Nuevamente me encuentro en una sala de cine ante una enorme pantalla viviendo una fascinante experiencia visual.
Quizá haya momentos que escapan a mi entendimiento. Quizá mi interpretación final de lo visto no coincida con la del espectador que se sienta a mi lado y quizá nunca llegue a ver lo que seguramente Malick pretendia mostrarnos. Quizá incluso sea, al igual que 2001, una película que reinterprete cada vez que la vea. Lo que es seguro es que acabo de ver una película de ha dejado una huella indeleble en mi memoria.
El Árbol de la vida, si bien es una experiencia visual fascinante, no es una experiencia sencilla. Un estilo narrativo cercano al cine experimental, la prácticamente total ausencia de escenas dialogadas de forma convencional y una estructura fílmica construida a base de retazos de la memoria y evocaciones de emociones y sentimientos sin continuidad temporal convierten la última obra de Malick en un film no apto para todos los públicos, independientemente de la edad de éste.
Tras un prólogo en el que asistimos al momento en el que una familia americana de los años cincuenta recibe la noticia del fallecimiento de su primogénito (supongo que en la guerra de Corea) el director nos brinda la nueva elipsis mas larga de la historia del cine en un salto temporal que nos lleva hasta el mismísimo Big-bang y tras el que Malick sustituirá los convencionales planteamiento-nudo-desenlace del lenguaje narrativo tradicional por un mastodóntico Origen-vida-muerte creando, de esta forma, en su película, un tríptico en el que somos testigos del origen de la vida (un origen que destierra toda idea creacionista) en una primera parte que finaliza, quizá para evitar odiosas comparaciones con el feroz acceso de violencia del primate prehistórico filmado por Kubrick, con la muestra de compasión de un Dinosaurio.
Tras un nuevo salto temporal que nos devuelve a la América de los cincuenta observamos el desarrollo de la vida como una constante búsqueda de Dios y un intento de comprensión de la naturaleza humana representados en la dificil relación de una mujer y sus hijos con un padre/marido, interpretado por un convincente Brad Pitt, por momentos excesivamente cruel pero que no desea otra cosa que el bienestar de sus hijos. Algo que, en manos de Malick, bien podría ser la representación de la relación de Dios con la raza humana.
En su tercera parte, a mi entender la que no se encuentra a la altura del resto de lo filmado, y a modo de epílogo, vemos como el hombre es capaz de encontrar a Dios y su lugar en el mundo a través del perdón para acabar habitando, tras la muerte, una especie de paraiso.
Lo dicho. Una película no recomendable para todos los públicos y a la que yo, personalmente y desde un punto de vista cinematográfico (el religioso ya es otro cantar), solo puedo reprocharle (aparte de ese tramo final desmerecedor del conjunto) un uso de la música por el que se tiende a acentuar en exceso ciertas imagenes cuya fuerza visual no requiere de subrayado alguno y ese cierto aire de pretenciosidad que, por momentos, emana del trabajo de un hombre que se ha colocado tras la cámara con la clara intención de rodar una obra maestra a sabiendas de que si alguien es capaz de hacerlo ése es él.


Para ver el trailer pinchad aquí.

sábado, 15 de octubre de 2011