domingo, 27 de junio de 2010

Air Doll. Los vacíos de la vida.

Tras Still Walking, película que todavía tengo pendiente de ver, el japonés Hirokazu Kore-eda presentó en el pasado festival de Cannes Air Doll (Kuki Ningyo), su último trabajo.
Air Doll es una película que, a pesar de provenir de un manga de Yoshiie Goda publicado hace diez años y a pesar de partir de una premisa de cine fantástico, destila poesia, belleza, compasión, soledad y tristeza en todas y cada una de sus escenas.
La historia de esta película, si es que cuenta alguna, gira en torno a una muñeca hinchable que un hombre solitario ha comprado para que sustituya a la novia que acaba de abandonarle.
La novedad con respecto a otras historias que podrían venirnos a la cabeza, como sería el caso de Tamaño Natural (Luis García Berlanga, 1974), reside en el hecho de que el protagonista, en este caso, no es el atormentado y solitario fetichista, sino la propia muñeca.
Nozomi, la muñeca, encuentra su corazón y cobra vida, dedicándose, desde ese instante, a pasear por las calles de Tokio vestida de fantasía erótica.
Con Ping Bing Lee (operador responsable de In The Mood For Love, absoluta obra maestra de Wong Kar Wai) tras la cámara nos emocionaremos con la belleza de los paseos de nuestra hinchable muchacha; paseos en los que tomará contacto con una mujer que mantiene un desigual combate contra los estragos causados por el paso del tiempo, un anciano que vive sus últimos días, un dependiente de video-club que se siente tan vacío como la propia muñeca, una joven bulímica y una niña que vive la ausencia de su madre. Paseos que le acabarán llevando a enfrentarse con su creador en una magistral escena.
La película nos habla sobre el significado de la vida. Una vida que ha sido diseñada llena de vacíos, de manera que no hay manera de afrontarla en soledad, se hace necesario compartirla con personas que nos complementen y vayan llenando dichos vacíos. Una vida en la que, tanto en las relaciones laborales como en las personales somos meros sustitutos y, como tales, podemos ser sustituidos en cualquier momento.
Kore-eda también nos habla de la soledad, pero no de cualquier tipo de soledad, de la soledad en compañia de otros que suele venir asociada a la vida en la gran ciudad.
Toda la película está plagada de mágicos momentos llenos de poesía.
De todos ellos yo me quedo con la conmovedora escena en la que el dependiente del video-club insufla aire y vida a través de la válvula de la muñeca que está desinflándose en el suelo tras un accidente. Más adelante se repetirá el mismo acto en otra gran escena cargada de belleza y erotismo.
Air Doll es una excelente película que da para que se hable mucho sobre todo lo que muestra, que puede (y debe) verse más de una vez, que ofrece momentos de gran belleza y emoción y a la que solo puede reprochársele el desinflarse un poco, y nunca mejor dicho, al aparecer los personajes secundarios.

Para ver el trailer pinchad aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario