Y se acabó,... nos ha dejado Lost. Una serie que nos ofreció una primera temporada muy interesante, una segunda de lo más anodina, que supo remontar después para regalarnos una tercera temporada absolutamente genial seguida de una sobresaliente cuarta temporada para, después de eso, comenzar una caida en picado que ha concluido con una sexta temporada que ha dejado al descubierto las verguenzas de unos guionistas que, a base de querer alargar lo inalargable, nos han ofrecido una sucesión de despropósitos que ofenden la inteligencia de sus seguidores hasta llevarnos a un nada sorprendente final, que podía haber llegado mucho antes, que suscita mas preguntas que respuestas dá.En fin, que si la finalidad de la serie era hacer historia en la televisión pues vale, aplicaremos el dicho "que hablen sobre mí aunque sea mal" y consideraremos que se ha cumplido el objetivo.
Si su finalidad era convertir la serie en todo un fenómeno social pues vale, tambien se ha conseguido, aunque, llegados a este punto habria que recordar a los responsables de la serie que un programa de tan escasa calidad como "Gran Hermano" también lo ha sido.
Si, por el contrario, el fin de la empresa era dar un producto de calidad....fallos de raccord, misticismo de patio de colegio, tramas sin cerrar (o mal cerradas), una isla que cambia de lugar girando una rueda y que puede hundirse en el océano simplemente quitando el tapón ¿es necesario decir más?
Si ha habido algo acertado en esta serie ha sido la elección del título ya que Lost es la palabra que mejor describe tanto el estado mental de sus guionistas como la sensación final que deja en el espectador.
En fín, lo cierto es que, de mejor o peor manera, Lost a finalizado y que se habla y se hablará de ello durante un tiempo para terminar por caer en el olvido como corresponde al producto desechable que és. Quede aquí, pues, mi opinión y lo que considero ha sido lo mejor de esta temporada: el cartel promocional que ilustra este artículo.
Pinchad aquí para ver otra opinión sobre el final de Perdidos por cortesía de Peter Browning.
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