sábado, 10 de abril de 2010

The Ghost Writer ¿Convencional cine de autor?


El último estreno de Roman Polanski , The Ghost Writer, es una perfecta muestra de cómo un autor elige un texto, lo fagocita y lo termina devolviendo impregnado de todo su universo personal.
Este es un proceso que Roman ya había realizado en ocasiones anteriores, obteniendo resultados tan dispares como lo fueron la maravillosa Macbeth y la mediocre La novena Puerta, adaptaciones de las obras literarias de William Shakespeare y Arturo Pérez Reverte respectivamente (que curioso resulta hacer referencia, dentro de un mismo texto, a ambos escritores).
El texto elegido en este caso es el Best-Seller del mismo título escrito por Robert Harris.
Dicho relato es un thriller político que nos cuenta la peripecia de un escritor, maravillosamente interpretado por Ewan McGregor, que es convencido por su agente para acometer la labor de reescribir la autobiografía del que fuera primer ministro británico (personaje éste encarnado por un más que notable Pierce Brosnan) en la época en que Inglaterra decidió apoyar a estados Unidos en la invasión de Irak, tras la muerte, aparentemente accidental, del primer escritor elegido para tal empresa. Durante el proceso de investigación previo a la escritura del libro el protagonista irá descubriendo detalles de la vida del político que le llevarán a temer por su propia seguridad.
Como puede verse, el argumento resulta de lo más convencional y, probablemente, en manos de cualquier otro director, hubiera dado como resultado una peliculilla de acción carne de Blockbuster (si es que todavía queda alguno, claro).
Sin embargo Polanski, como decía al principio, lo que hace es darle a la historia su sello personal convirtiéndola así en todo un ejemplo de cine de autor.
Nos encontramos, pues, con muchas de las constantes del cine del director polaco como serían:
• El desasosiego del extranjero en tierra extraña (Frenético).
• Un personaje atrapado en un domicilio desconocido para él y que acaba sintiéndose perseguido y poseído por los hechos acontecidos con anterioridad en ese lugar mismo lugar (El Quimérico Inquilino, La Semilla Del Diablo).
• Una puesta en escena de atmósfera Kafkiana que va consumiendo al protagonista y poniendo en serio peligro el equilibrio de su salud mental (El Pianista, El Quimérico inquilino, Repulsión).
• El particularmente negro y cínico sentido del humor del autor (El Baile de los Vampiros).
Al finalizar la proyección, uno de los comentarios que pude escuchar fue:
- No está mal, pero no es El Pianista.
Cierto, no se trata de El Pianista. El Pianista es una película extraña, en la que Polanski eleva sus miedos y obsesiones al máximo exponente y nos muestra el holocausto judío exactamente como lo que fue, una experiencia completamente Kafkiana por la que toda una raza se vio perseguida, humillada y progresivamente aniquilada sin motivo alguno.
Evidentemente, The Ghost Writer es otra cosa. Es una de las obras más convencionales de Roman Polanski; una obra con una puesta en escena inquietante, una banda sonora burlona y sugerente al mismo tiempo, un humor cínico que se hace latente a lo largo de todo el metraje y un perfecto reparto en estado de gracia. Un sobresaliente alto, en suma.
Especial atención a la breve aparición del genial Eli Wallach y a la escena en la que el GPS dirige el destino de nuestro protagonista,…de lo mejorcito rodado por Polanski.

Para ver el trailer pincha aquí.

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