lunes, 14 de mayo de 2012

El Topo. El regreso de Smiley.

Thomas Alfredson, director que nos asombrara en 2008 desde Suecia, su pais natal, con la excepcional Déjame entrar, una nada convencional historia de amor/amistad entre una niña (si es que realmente se trata de una niña, dada la ambiguedad sexual que destila este personaje) condenada a una vida en soledad por su naturaleza vampírica y un niño marginado, procedente de un hogar roto, victima del acoso escolar de sus compañeros, llega ahora al cine mainstream con Tinker, Tailor, Soldier, Spy,  adaptación de la novela de John Le Carre que ya diera origen, en 1979, a una excelente miniserie de siete episodios dirigida por John Irvin para la BBC y protagonizada por Alec Guinness.
La elección del director sueco de esta historia como vehículo para su entrada en los círculos comerciales es una apuesta arriesgada dado que, si bien el género de espias con complicadas tramas conspiratorias tuvo una época dorada en la segunda mitad de la década de los 70, en la actualidad se trata de un género que ha quedado reducido a ruidosas películas llenas de escenas de acción con espectaculares persecuciones y en la que el espectador, especialmente el más joven, tiene la figura de James Bond o la de Jason Bourne como referente del agente de los servicios de inteligencia.
Una apuesta arriesgada, como digo.
El Topo, título con el que el film ha sido estrenado en España, es una película en la que el director nórdico consigue captar a la perfección el espíritu de la novela original y, en general, de las historias de Le Carré. Una película de ritmo pausado con una trama compleja y absorvente plagada de elipsis que nos va siendo desgranada a través de un inteligente uso de los dos principales flashbacks del film (el inicial, del agente tiroteado en plena calle y el de la fiesta de navidad en las oficinas de Circus, en la que todos los personajes coinciden) que, insertados de forma repetitiva a lo largo del desarrollo de la trama van ofreciendo nuevos detalles al espectador con cada aparición de manera que se consigue que uno sea capaz de seguir la historia sin perderse en los entresijos de su complicada trama hasta que todo queda perfectamente engranado y desvelado.
El resultado es un trabajo sobresaliente. Un puzzle cargado de nostalgia en el que cada pieza nos es dada como un fogonazo de la memoria. Una estilizada e inteligente historia de hombres solitarios y desesperados. Un pastel que tiene su guinda en un acertado reparto encabezado por un Gary Oldman que, lejos de los histrionismos de otras ocasiones, encarna a la perfección al agente George Smiley; uno de esos seres condenados a la soledad por la imposibilidad de compartir los secretos que la naturaleza de su trabajo le obliga a albergar en su interior.

Para ver el trailer pinchad aqui.

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