miércoles, 9 de mayo de 2012

Attack the block. Lo que hubiera sido de E.T. de aterrizar en un suburbio londinense.

Escena nocturna.
Una enfermera camina  por, lo que se adivinan, los suburbios de una gran ciudad.
Antes de que pueda darse cuenta, la enfermera se encuentra rodeada por un grupo de adolescentes encapuchados.
El que, sin duda, es el cabecilla la amenaza con una navaja y le ordena que le entregue su movil, el bolso y el anillo que lleva puesto.
De repente, el asalto se ve interrumpido cuando un extraño objeto se precipita desde el cielo sobre un coche aparcado a escasos metros. Circunstancia que la enfermera aprovecha para escapar.
Cuando los asaltantes se acercan al vehiculo para inspeccionarlo son atacados por una extraña criatura...


Habituamente cuando, desde la butaca del cine o desde nuestro sofá, somos testigos de una invasión alienígena o una visita amistosa procedente del espacio exterior, salvo en contadas y refrescantes ocasiones, ésta suele tener lugar en territorio norteamericano; mayormente en una gran ciudad de los Estados Unidos o en un barrio residencial de la misma nacionalidad. Y los ejemplos los encontramos tanto en la gran pantalla con películas como E.T (Steven Spielberg, 1982), Encuentros en la tercera fase (Steven Spielberg, 1977), Mi amigo Mac (Stewart Raffill, 1988), y las más recientes Paul (Greg Mottola, 2011) o Super 8 (J. J. Abrams, 2011) como en el formato televisivo con series como V o Falling Skies.
Ocasionalmente, como ya fuera el caso de Distrito 9 (Neill Blomkamp, 2009) en la que la llegada de una nave extraterrestre a Johannesburgo es convertida en una alegoría del Apartheid, los guionistas abandonan las sendas más trilladas y nos ofrecen una visión más original y refrescante de este subgénero de la ciencia-ficción.
Y esto es lo que sucede en Attack the block (Joe Cornish, 2011).
La escena descrita al comienzo constituye el arranque de Attack the Block, debut cinematográfico del británico Joe Cornish y una película que, con semejante inicio, podía haberse desarrollado por la senda, tantas veces recorrida, de: invasión extraterrestre-desigual lucha del ejercito terricola frente a una civilización tecnológicamente superior-descubrimiento del  único punto débil del invasor-completa aniquilación del ejercito extraterrestre propiciada por la acción de un único hombre o, en su defecto, de un reducido grupo de heroes. Pero esta película es otra cosa.
Joe Cornish, guionista y director del film, llevando el escenario donde transcurre la historia a un suburbio londinense y dando el protagonismo a un grupo de delincuentes callejeros adolescentes, elige otro camino. Un camino que queda definido desde el momento en que la pandilla protagonista, lejos dejos de asustarse y huir tras el inicial ataque del alienígena, decide ir a la caza del extraterrestre para matarlo y venderlo al camello del barrio.
Disponiendo de un presupuesto reducido, el realizador británico juega sus bazas a la perfección y consigue que las virtudes de su película -una historia cuya acción arranca nada más dar comienzo la misma, un desarrollo de la acción con un ritmo vertiginoso mantenido a lo largo de todo el metraje, una potente banda sonora, un elenco protagonista desconocido que cumple sobradamente y una estupenda elección de secundarios que dan el contrapunto cómico a la historia- enmascaren por completo la ausencia de una importante inversión económica en el proyecto hasta el punto de lograr que Attack the block, premiada por el público en el festival de Sitges, sea una de las propuestas cinematográficas mas interesantes del pasado año.
Joe Cornish consigue con su película, seguramente sin proponérselo, lo que Abrams y Spielberg se empeñaron en conseguir sin llegar a lograrlo: la mejor película de ciencia ficción del 2011.

Para ver el trailer pinchad aquí.

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