domingo, 3 de octubre de 2010

Lourdes. El destino de vacaciones que la Virgen María nunca visitó.

Estaban Jesús, la Virgen María y el Espíritu Santo reunidos planificando donde ir en vacaciones cuando, de repente, el Espíritu Santo dice:
-Vayamos a Belén.
Nada más escuchar la propuesta Jesús se apresura a contestar:
- ¿Belen? ya hemos estado muchas veces en Belén, vayamos este año a otro sitio.
Entonces el Espíritu Santo dice:
- Vayamos a Lourdes.
Nada más escucharse la propuesta, la Virgen María interrumpe emocionada:
-¡Si, genial, vayamos a Lourdes que yo nunca he estado allí!
Lo citado anteriormente es la transcripción de un chiste que un cura cuenta a una pareja de voluntarios de la Orden de Malta en una escena de Lourdes, cuarto largometraje de la directora Austriaca Jessica Hausner.
Con una sencilla puesta en escena y un estilo de rodaje próximo al documental, Lourdes nos relata la estancia de un grupo de enfermos y peregrinos en el santuario de Lourdes. En especial nos muestra la experiencia de Christine, una joven completamente paralizada de cuello para abajo a causa de la esclerosis múltiple.
A lo largo de todo en relato la cámara se aleja de todo juicio, sin intención de tomar partido ni por una postura religiosa ni por un posicionamiento crítico.
La directora se límita a mostrarnos, siempre de forma neutra, cómo el Santuario de Lourdes está claramente organizado a modo de centro turístico y de recreo en el que, junto a visitas organizadas a las grutas, misas multitudinarias en las que solo unos pocos enfermos elegidos llegan a recibir la bendición del oficiante, baños en las piscinas sobre las que circula el rumor de que una vez allí se obró un milagro y tragos de agua milagrosa, no faltan las tiendas en las que comprar souvenirs, concursos en el que se premia al mejor peregrino ni las típicas cenas amenizadas por orquesta a ritmo de canciones populares.
La propuesta no pretende entrar en ningún tipo de polémica y se limita a mostrarnos la realidad de Lourdes, una enorme caja registradora al servicio de la Iglesia Católica por la que pasan millones de enfermos y peregrinos, algunos esperando el milagro de la curación del cuerpo, algunos buscando sanar sus almas y otros por simple curiosidad. Y Lourdes los acoge a todos ellos, sin prometerles nada y sin aprovecharse de su necesidad de consuelo; incluso reciben con escepticismo cualquier noticia acerca de un posible milagro ("ya veremos lo que dura" es el comentario del cura cuando recibe la noticia de la milagrosa recuperación de Christine) y es que ya saben, como muy bien refleja el chiste contado por el cura a los dos voluntarios,...que la Virgen María nunca ha estado allí.
Lourdes es una propuesta muy interesante convertida en una notable película. Sin embargo no alcanza, para mí, el sobresaliente ya que su mayor virtud, el distanciamiento y la ausencia de cualquier tipo de juicio, es, curiosamente, lo que acaba por convertirse en su más pesado lastre y lo que no permite que el film alce el vuelo y pase a un nivel superior en sus últimos compases. Lourdes acaba convirtiéndose en un trabajo excesivamente frio y desapasionado en el que se echa en falta un tratamiento mas profundo de alguno de sus personajes, especialmente el de la jefa de las voluntarias de la Orden de Malta una vez descubrimos su realidad.
Para ver el trailer pinchad aquí.

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