sábado, 24 de julio de 2010

Lavoisier, vacaciones y una ciudad eterna.

Lavoisier, considerado como el padre de la química moderna, estableció la conocida Ley de la Conservación de la Materia que versa así: "La materia no se crea ni se destruye, únicamente se transforma".
Esta ley hace referencia al comportamiento de la materia durante un proceso químico, pero, además, hay un lugar en el planeta en el que su cumplimiento se hace palpable. Ese lugar es Roma, la ciudad eterna. Una ciudad que debería ser en blanco y negro y en la que la materia no desaparece, sino que pasa a convertirse en otra cosa.
Un claro ejemplo lo tenemos en uno de los mas famosos monumentos romanos: El Coliseo.
El Coliseo, como todo el mundo sabe, no está completo. Tampoco está destrozado, puesto que no ha sufrido bombardeos, incendios ni ha sido víctima de ningún desastre natural. Las piedras que le faltan fueron retiradas para ser empleadas en la construcción de la Archibasílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma.
Son cosas como ésta las que le dan carácter de eternidad a la ciudad.
¿A que viene ésto? os preguntaréis,...sobre todo tratándose de un blog en principio diseñado para hablar de cine.
Pues bien, esto viene a cuento de que se aproximan mis vacaciones (apenas falta una semana) y, siempre y cuando los estresados controladores aéreos lo permitan, tengo intención de pasar parte de ellas en Roma.
Ahora mismo me encuentro en plenos preparativos del viaje: he comprado mi inseparable Guía de El País Aguilar, me he documentado leyendo el excelente y divertido libro "Historias de Roma" de Enric Gonzalez (a través del cual, por cierto, he descubierto el blog de Íñigo Dominguez, corresponsal en Roma de El País y en el que se cuentan curiosidades de la ciudad ilustradas por fragmentos de películas italianas. Muy recomendable) y, en breve, acudiré a la Fnac a comprar una nueva tarjeta de memoria para mi inseparable y siempre fiel cámara de fotos.
Si, pronto partiré hacia Roma. La ciudad de Alberto Sordi, de Fellini, de los gatos, de los Papas (eso ya me hace menos ilusión), de las vespas, de las mammas, del Calcio, de Berlusconi, de la burocracia,... La ciudad en la que de noche se oye a los grillos y, si elevas la vista al cielo, pueden verse las estrellas.

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