domingo, 14 de febrero de 2010

Precius. Una Cenicienta entradita en carnes.




Una producción de cine independiente es aquella que, realizada al margen de los grandes estudios cinematográficos, consigue ver la luz a pesar de un pobre presupuesto. Y lo hace para contarnos una historia original que, de nacer bajo la sombra de esos grandes estudios, habría acabado por perecer ahogada en un mar de cine comercial carente de sustancia. Se trata de realizaciones rodadas a traves del personal prisma de su autor y que el espectador tiene la oportunidad de encontrar fuera de los circuitos comerciales habituales.

Fantásticos ejemplos de todo esto lo encontramos en el cine de realizadores como John Cassavetes (Faces, Una mujer bajo la influencia, Gloria), Jim Jarmusch (Permanent Vacation, Mystery Train, Extraños en el paraiso), Tom DiCillo (Vivir Rodando), Hal Hartley (Fay Grim, Henry Fool), Gus Van Sant (Mala Noche, Paranoid Park, Gerry),...En fin; trabajos originales y refrescantes que actuan a modo de faro permitiéndonos navegar con cierta seguridad por las embravecidas aguas del oceano de producciones hollywoodienses. Rompeolas que nos protegen de los embates de Avatares , Transformers y Armagedones.

No obstante, y como no todo es lo que parece, en ocasiones se nos cuela algun impostor dentro de este remanso de paz. Algún farsante que, aprovechándose de nuestra buena fé, nos cuela un subproducto digno de ser emitido por televisión en horario de sobremesa durante el fin de semana. Y es aquí donde llegamos a la película que nos ocupa.

Precius es la historia de una adolescente de color, prácticamente analfabeta, con obesidad mórbida y que es expulsada de la escuela pública a la que asiste con mas pena que gloria. El motivo de la expulsión no es otro que el de haberse quedado embarazada tras ser violada por su padre. Enseguida descubriremos que no es la primera vez que esto le sucede, puesto que ya tiene una hija nacida con síndrome de Down y fruto de otra violación de su progenitor.

Las penurias de esta cenicienta entradita en carnes, que fantasea frente al espejo con la idea de ser una famosa cantante o incluso una esbelta chica rubia y blanca (algo que el director nos muestra en una serie de flashes que dan verguenza ajena), no acaban aqui. Su madre la odia y la maltrata acusándola de quitarle a su hombre, echándole en cara el hecho de que le haya dado dos hijos en su lugar. Finalmente Precius descubrirá que además de dos hijos su padre también le ha dado el regalo del virus del sida.

Eso sí, una serie de castróficas desdichas rodadas con nervioso movimiento de cámara, con un zoom brusco y agresivo que nos ofrece sugerentes primeros planos, con una saturación del color que recalca la sordidez de la historia y con maravillosas interpretaciones por parte de las dos actrices que hacen las veces de madre e hija. Una factura muy característica del cine indie pero que, en este caso, no consigue ocultar la naturaleza sensiblera y carente de personalidad de los resultados.

Historias de adolescentes de barrios marginales (sean negros o blancos, gordos o flacos) llenos de problemas (buscados o no) cuyas vidas van a la deriva hasta que una profesora (o profesor) de gran corazón los acoge en su seno y les muestra que con el estudio y el trabajo duro el que no sale de esa situación es porque no quiere las tenemos rodadas por docenas,...y Precius no destaca sobre ellas.

Lo dicho, una película digna de ser emitida en Antena 3 durante la sobremesa del Domingo (no olvidar que la producción es de Oprah Winfrey, la Maria Teresa Campos de la televisión norteamericana) pero que, por su factura indie y por haber sido premiada en Sundance, acabará por ser emitida en la 2 de TVE algún Lunes por la noche.

Para ver el trailer pincha aqui

1 comentario:

  1. Coincido con tu critica, aunque para una sobremesa de Domingo en Antena 3 puede resultar demasiado indigesta.Yo que el director hubiera puesto alguna catastrofe natural asolando a la prota y ya la completaba...que el final es de lo mas feliz!!Lo mejor después de verla es meterse los dedos en la garganta...

    ResponderEliminar