martes, 11 de enero de 2011

Shi (Poesia). Aprendiendo a ver.

Los que me conocen bien saben de mi devoción por el cine asiático. Devoción que, estreno tras estreno, está resultando cada vez más y más justificada. Y es que, hay que reconocerlo, en los últimos años las mejores y mas interesantes propuestas provienen de Asia.
En esta ocasión he tenido el placer de disfrutar el visionado de Shi (Poesía), la última realización del surcoreano Lee Changdong, que fue galardonada en la pasada edición del Festival de Cannes con el premio al mejor guión.
Poesía es una película que guarda mucha relación con la magnífica Secret Sunshine, anterior trabajo del director, hasta el punto de poder considerarse como un complemento o extensión de ella. 
En un momento complicado para la sociedad surcoreana, que vive expectante con la inquietud de tener que vigilar de reojo los movimientos de sus belicosos vecinos del norte, Lee Changdong dirige su cámara hacia el ciudadano de a pie y, sin grandes aspavientos, nos muestra como éste afronta la vida cuando ésta presenta su lado mas amargo.
Si en Secret Sunshine asistíamos al proceso por el cual la mujer protagonista, recién enviudada, se aferraba a la religión como tabla de salvación para afrontar el secuestro de su pequeño hijo, en Poesía vemos como su protagonista, nuevamente una mujer, buscará consuelo en un taller de poesía tras descubrir la implicación de su nieto en la violación de una compañera de escuela.
La sola idea de pensar en que se hubiera transformado este guión de caer en manos de cualquier productor de Hollywood me provoca insomnio. Sin duda, de haber sido así, estariamos hablando de un producto sensiblero, no apto para diabéticos, lleno de desgarradoras sobreactuaciones y plagado de primeros planos de los rostros protagonistas a fin de forzar a mostrar sentimientos que no son capaces de sugerir con la interpretación. Todo ello envuelto, como no, en una ñoña banda sonora compuesta de rancias melodías. Afortunadamente Poesía y Lee Changdong se encuentran en las antípodas de todo esto.
Para empezar, Poesía es una película que, sin resultar lenta en exceso, se toma su tiempo y aprovecha perfectamente sus 139 minutos de metraje para construir de forma magistral a su personaje protagonista y para mostrarnos el proceso por el que éste aprende de descubrir la belleza se oculta en los actos mas cotidianos.
La película cuenta con muchas bazas siendo, quizá, la mas importante el impresionante trabajo realizado por su actriz protagonista, la veterana Yun Jeong-Hie, quien, tras 16 años de inactividad, regresa a la gran pantalla para ofrecernos la que será, sin duda, una de las interpretaciones del año. Y es que esta veterana actriz crea un personaje lleno de matices. Un personaje cuya apariencia jovial y desenfadada esconde una angustia y un sufrimiento que se nos descubre a base de gestos y miradas; sin ruidos; sin histrionismos; sin artificios; con una cámara respetuosa que no se acerca más alla del plano medio.
Y asi llegamos a la que es otra gran baza de esta, para mí perfecta, película: cómo está rodada.
Decir que la película está exquisitamente fotografiada resulta redundante tratándose de cine asiático, de manera que no ahondaré en el tema. Resulta más interesante hacer incapié en la manera como Lee Changdong emplea su cámara.
La cámara del director es, como acabo de comentar y ante todo, respetuosa. Con planos generales y medios y dando gran protagonismo a la profundidad de campo la narración huye de todo efectismo y artificio y vence la tentación de convertirse en un melodrama sin alma. Alejándose convenientemente es capaz de integrar momentos de gran dramatismo con situaciones cotidianas y hacerlo de manera sutil (ejemplar, en este aspecto, la escena en la que, en un plano general que va siguiendo a Mija en su paseo a la salida del hospital, vemos, en un segundo plano, la desesperación de una mujer que acaba de perder a su hija).
En otras ocasiones en las que la narración también corre peligro de adquirir tonos excesivamente sentimentaloides, como son los momentos en los que los integrantes del taller de poesía hacen sus declamaciones, la situación queda resuelta a la perfección adoptando la cámara un estilo documental.
La guinda del pastel la encontraremos al final cuando, una vez hayamos aprendido que hasta en los momentos mas amargos y dolorosos de la vida puede descubrirse la belleza, acompañemos a la joven violada para no dejarla sola en su dramática decisión.
Poesía, es, en resumen y para mí, una película perfecta. Llena de belleza (cómo la voz de la sexagenaria protagonista mientras declama su poesía al fin escrita va siendo sustituida por la de la joven es uno de los momentos mas bellos que el cine me ha brindado en mucho tiempo), sugerente, sutil, maravillosamente interpretada, que despierta en nosotros la necesidad de aprender a ver y nos recuerda la necesidad de desprendernos de la venda que habitualmente oculta nuestra mirada y nos impide descubrir la belleza que se oculta tras las cosas mas simples, como la contemplación de un arbol, una flor o un melocotón reventado.

Para ver el trailer pinchad aquí.

2 comentarios:

  1. A ver si me pongo y la veo. Tiene muy buena pinta y mas después del buen sabor de boca que me dejó Secret Sunshine.

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