sábado, 4 de septiembre de 2010

El Gran Carnaval.

Hace 17 días el derrumbe en una mina dejó sepultados a 32 mineros chilenos y uno boliviano en las entrañas de La Tierra. Al parecer, su rescate puede demorar todavía cerca de 4 meses.
Los mineros, desde su involuntario encierro, han hecho llegar al exterior una nota en la que expresan su buen estado de salud. Una nota con la que el presidente chileno, Sebastián Piñeiro, ha corrido a fotografiarse para salir en todos los periódicos.
En la era de internet y la información podemos ver como la noticia ha dado la vuelta al mundo. La Nasa aconseja crear ciclos dia-noche para que los mineros recuperen sus biorritmos, los internautas cuelgan en la red multitud de videos de los mineros atrapados con los que el espectador puede saciar sus ansias de morbo y sensacionalismo, en los programes de televisión matutinos se organizan tertulias en las que los "periodistas" de la prensa rosa se convierten en ingenieros de minas y expertos en rescates, los políticos y empresarios sin escrúpulos que ordenaron la reapertura de la mina se dedican a restar importancia al hecho y a eludir responsabilidades culpando a otros,...
Este hecho y el circo montado en torno a él pone de actualidad una gran película, una obra maestra del genial Billy Wilder que,si bien no fue demasiado bien acogida por la crítica en su momento, el paso del tiempo la ha ido poniendo en su justo lugar.
Me refiero, por supuesto, a El Gran Carnaval , uno de los más corrosivos trabajos de Wilder, hoy más actual que nunca.
Desde aquí recomiendo su visionado a todo aquel despistado que todavía no la haya visto. En cuanto al resto,...cualquier excusa es buena para revisitarla.

Mis mejores deseos a los mineros atrapados y a sus familias.

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