domingo, 12 de febrero de 2012

Un método peligroso. Razón vs Misticismo.

A lo largo de toda su filmografía las historias filmadas por David Cronenberg (La mosca, Inseparables, El Almuerzo Desnudo, Videodrome,...) siempre han tenido en alguna manera a la mente como protagonista acostumbrando a escenificar sus transtornos u obsesiones somatizándolos en forma de mutaciones del cuerpo.
Las referencias son continuas, incluso en aquellos trabajos que parecen alejarse de su trayectoria habitual, como podría ser el caso de la excelente Promesas del Este, podemos encontralas, encarnadas, en esta ocasión, en los numerosísimos tatuajes que recubren el cuerpo del personaje interpretado por Viggo Mortensen a modo de curriculum vitae de su carrera delictiva.
A la vista de una trayectoria tal puede considerarse pues un paso natural el que Cronenberg, en su último trabajo, Un Método Peligroso, haya  decidido dirigir su mirada directamente hacía la madre del cordero, el psicoanálisis, y centrarse en la relación entre la mente en la que germinó la idea (Sigmund Freud) y la que, preocupada por que tras la muerte de Freud nadie fuera a continuar su trabajo, se empeñó en dar consciencia al subconsciente (Carl Jung). Introduciendo, además, un tercer personaje (una tercera mente más bien) encargado de dinamitar las convicciones éticas y morales de Jung dejando sus propias obsesiones al descubierto.
El largometraje está basado en la obra teatral The Thalking Cure de Cristopher Hampton, guionista de Las Amistades Peligrosas y quién, a su vez, firma el guión de la película. Una película en la que Cronenberg se decide por ofrecer un rodaje cargado de contención y sobriedad, clásico y austero, para, respetando al máximo el origen teatral del que parte, desviar el protagonismo hacia unos magníficos y sugerentes diálogos cargados de inteligencia.. Algo que se ve favorecido, y a lo que contribuyen sobremanera, por las contenidas actuaciones  de Michael Fassbender, cuya interpretación consigue transmitir a la perfección su constante batalla interior entre las convicciones morales y el deseo sexual, un contenido y espectacular Viggo Mortensen en la que es, para mi, la mejor interpretación de su carrera y una Keira Knightley que, si bien se muestra sobreactuada en algun momento, consigue transmitirnos de forma ejemplar una dificil mezcla de trastorno mental y seducción bordando así un dificil papel.
La película arranca con el inicio de la relación entre Freud y Jung y su primera reunión para luego mostrarnos como, a raiz del viaje que realizaron juntos a New York, y debido al choque de las creencias religiosas y esotéricas de Jung con el implacable racionalismo de Freud, sus caminos van adquiriendo direcciones opuestas. Algo que Cronenberg muestra de forma magistral, nuevamente a través de los diálogos, en una escena en la que, tras escrucharse un crujido en una biblioteca, Jung lo interpreta como una manifestación espectral y Freud racionaliza el hecho con una explicación científica (los cambios de temperatura de la madera de las estanterias).
La película es, en resumen, un sobresaliente, contenido e inteligente  trabajo de factura clásica en la que, huyendo del sensacionalismo habitual de algunos biopics, la historia se centra en dos mentes que, aun compartiendo un objetivo común, acaban por separarse debido a diferencias irreconciliables en la manera de interpretar los hechos. Un enfrentamiento entre razón y misticismo con las obsesiones y deseo sexual como telón de fondo. Un enfrentamiento en el que Cronenberg no toma partido pero que, sin duda, dividirá a su público.

Para ver el trailer pinchad aquí.


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