martes, 1 de noviembre de 2011

El niño de la bicicleta. El Doinel de los Dardenne.

Cyril es un niño que, tras haber sido abandonado por su padre, vive en un centro de acogida del que escapa siempre que tiene ocasión en un intento de localizar a su progenitor.
En una de sus escapadas se encuentra con Samantha, quién se comprometerá a convertirse en la familia de acogida del muchacho los fines de semana.
Éste es el sencillo argumento de El niño de la bicicleta (Le gamin au vélo), película que tuve ocasión de ver el pasado Domingo y que constituye el último trabajo de los hermanos Dardenne tras su estupenda El silencio de Lorna, que en su día ya comentara en este espacio.
El niño de la bicicleta, galardonada con el gran premio del jurado en la pasada edición del Festival de Cannes, es una muestra de puro cine no exenta de claras influencias. Y es que el niño protagonista se encuentra muy próximo a Antoine Doinel, el que fuera el celebrado protagonista de Los cuatrocientos golpes de François Truffaut y alter ego del director francés a lo largo de tres películas más (Besos robados, Domicilio conyugal y El amor en fuga).
 Cyril, emulando la carrera de Doiniel en la que se ha convertido en una de las más celebres escenas de la historia del cine, es un personaje que se encuentra en constante movimiento, bien corriendo o bien subido a una bicicleta de la que apenas se separa y que constituye su único nexo de unión con la infancia. Un movimiento que es una constante búsqueda de la inocencia y una huida de una vida empeñada en arrebatársela.
No es la película de Truffaut la única fuente de la que beben los realizadores Belgas ya que, desde la aparición en su historia del joven delincuente callejero con el que Cyril se cruzará, uno no puede evitar recordar al Jaibo, ese inolvidable personaje de Los Olvidados, obra maestra de Luis Buñuel, que en su día interpretara Roberto Cobo.
Pero no nos equivoquemos, una influencia no es una copia y El niño de la bicicleta tampoco lo es. El último trabajo de la pareja de realizadores belgas es un trabajo fiel a su estilo. Un trabajo en el que la cámara es cargada al hombro y, en un movimiento constante, nos acerca tanto a los personajes que nos convierte en parte integrante de una historia de final abierto en la que el drama social vuelve a estar presente aunque en esta ocasión se nos muestre sin tanta dureza como lo hacían en Rosetta y en la citada El silencio de Lorna. Un trabajo, dicho sea de paso, en el que los directores exprerimentan por primera vez con el uso de la música.
El niño de la bicicleta es, segun mi modesta opinión, un trabajo redondo. Una muestra de puro cine con todos los números para convertirse en la película del año.
Pero, claro,... solo es mi opinión.

Para ver el trailer pinchad aquí.

1 comentario:

  1. Magnifica película.
    Cuando parece que va a ponerse ñoña, los Dardenne te pegan una buena cachetada y a seguir hasta el próximo golpe.
    La bicicleta como ejercicio de equilibrio que en cualquier momento nos "lleva" hacia adelante o nos desparrama en el asfalto.
    Como la vida misma, bah.
    Vendida por un padre "abandonador" y rescatada por una mujer (y que mujer!)
    No hay nada que hacer, ellas son mucho mejores que nosotros.
    Agradezco haber sido "salvado" en varias oportunidades por su generosidad y paciencia :)
    Saludos

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