domingo, 27 de noviembre de 2011

Blackthorn. What if...?

What if...? (que hubiera pasado si...) es un término muy utilizado en el mundo del comic para editar números especiales en los que mostrar una línea argumental alternativa que podría haber tenido lugar si, en un momento crucial de la historia del protagonista, éste hubiera tomado una decisión diferente a la elegida inicialmente o si un suceso crucial hubiera tenido el resultado contrario al que tuvo.
Empleando este recurso hemos podido ver lo que hubiera pasado si Daredevil hubiera asesinado al Kingpin, si el traje alienígena hubiera poseido por completo a Spiderman o si la araña escarlata hubiera acabado por asesinar a Spiderman como final alternativo de la lamentable saga del clon.
Desarrollos más interesantes y llevados al cine (que, a fin de cuentas, es lo que nos ocupa) los encontramos en los casos de V de Vendetta, donde vemos lo que hubiera sucedido de triunfar en Reino Unido un régimen como el del Tercer Reich, y Watchmen (mi favorito) donde asistimos al devenir de la historia reciente de los Estados Unidos en el caso de que los superheroes hubiesen existido en realidad y fuesen, como no, Norteamericanos.
Mateo Gil, guionista habitual en las películas de Alejandro Amenabar, ha decidido dar el salto a la dirección cinematográfica y lo hace sumándose a la lista de los What if...? con Blackthorn.
Blackthorn, título al que, siguiendo la maldita costumbre de las distribuidoras de este país, en España se le ha añadido el subtítulo Sin destino, es, sin duda, una apuesta arrisgada. Y lo es ya no solo por el hecho de tratarse de un western español rodado en Bolivia (algo que, de por sí, ya supone un handicap importante) sino por el hecho de alterar una de las historias cinematográficas que más huella han dejado en el espectador: la historia de Butch Cassidy y Sundance Kid de Dos hombres y un destino (George Roy Hill, 1969).
¿Quién no recuerda el plano fijo final de la película en el que vemos la imagen congelada de ambos pistoleros mientras el ruido de los disparos del Ejército Boliviano nos anuncia su muerte? Pues bien, Mateo Gil parte del supuesto de que tal muerte, debido a que los soldados bolivianos apenas saben disparar, nunca tuvo lugar y nos presenta a un Butch Cassidy, ya mayor, que ha seguido con su vida en la misma Bolivia, y como criador de caballos, bajo el nombre de Blackthorn.
La película de Mateo Gil es un western intimista. Un interesante trabajo en el que el español muestra su devoción por el género western, un género del que parece conocer a la perfección sus claves. Es, precisamente, esa devoción por el género el principal inconveniente de este trabajo.
En Blackthorn encontramos, por supuesto, Dos hombres y un destino. Las referencias a esta película en su estructura narrativa, con numerosos flashbacks de la juventud de la pareja de pistoleros, son evidentes. Pero también se encuentran en Blackthorn el nervioso Zoom de Sergio Leone, los grandes espacios abiertos de John Ford o los grandes momentos de camaradería de las películas de Howard Hawks. Todo esto dificulta el encontrar, precisamente, los rasgos de autoría de Mateo Gil. Un director que parece haber preferido mostrarnos el altiplano boliviano (magníficamente fotografiado, dicho sea de paso) antes que dar mayor solidez a su historia.
Con todo y con eso, Blackthorn no deja de ser recomendable. Un trabajo notable y con un gran protagonista , Sam Shepard, que sin duda gustará a los, como yo, amantes del género.

Para ver el trailer, pinchad aquí.

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